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Entre las innumerables advocaciones con que la mariana ciudad de Sevilla venera a la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, destaca por su origen sevillano el Título de Divina Pastora de las Almas. Fue el Capuchino Fray Isidoro de Sevilla quien, en vísperas del 24 de Junio de 1703, a la vera de las murallas de la ciudad, en el Claustro bajo de su convento, contempló a la Madre de Dios.
Figura Divina Pastora
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Entre las innumerables advocaciones con que la mariana ciudad de Sevilla venera a la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, destaca por su origen sevillano el Título de Divina Pastora de las Almas. Fue el Capuchino Fray Isidoro de Sevilla quien, en vísperas del 24 de Junio de 1703, a la vera de las murallas de la ciudad, en el Claustro bajo de su convento, contempló a la Madre de Dios.
MEDIDAS: 15 CM.
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